Diablillo versus Hechicero

Ponérmelo y esconderme detrás de las esquinas para asustar a algún tranquilo transeúnte que pasara por allí.
Me ajustaba la careta y en compañía de aquel fiel amigo, Jordi, salíamos gritando: soy un demonio, soy un monstruo.
Unos se reían y otros nos ponían malas caras.
Ha pasado el tiempo. Mucho tiempo.
El domingo pasado caminaba por una céntrica calle de mi ciudad. Yo iba ensimismado pensando en no-se-qué y al doblar la calle me encontré con un niño disfrazado de diablillo. Pero esta vez, el diablo no asustó.
Fui yo el que asusté, sin proponérmelo, al diablillo.
3 comentarios
jesus -
Paula -
Anónimo ese ( ) -