Solo dos plumas en el aire...

Dime ¿quién eres tú? Quiero saber con quien tengo el placer de encontrar mis ojos y quién poco a poco se apodera de mis sentidos… He de serte sincera, he vivido por muchos años en un laberinto y hoy recién me acabo de escapar. Ese laberinto fue un amor que se convirtió en una prisión, por momentos placentero y otros agobiante, al límite de perderme de mi misma.
Hoy que te he encontrado deseo volver a empezar, sé que es difícil pero quiero pensar que tú serás mi tabla en este mar de tristeza y soledad ¿me puedes ayudar a salir?, mi corazón aún está fracturado y, hay algo en mi interior que me dice tú lo puedes remendar…
Ven… acércate a mi, quiero ver tu rostro, hablar de ti y de mi. ¡Oh! Me dices que tú eres una pluma sin rumbo ni dirección y qué ahora mismo no sabes a dónde ir… Ya, no importa, disculpa el agobio con todos mis pesares. Es mi necesidad de sentirme acompañada y querer escapar de esta terrible soledad, la que me hace ver estrellas dónde solo existe la oscuridad…
Antes de que te marches dime; ¿Tú sabes a dónde va el amor? Sí, ese que en ocasiones se calla, abstracto pero a la vez perceptible y que solo vive en el alma.
“Poquito a poco se aleja como el viento, así como ahora mismo nos volvemos alejar tú y yo, sin saber a dónde vamos”.
Abrí mi mano y las dejé escapar.